domingo, 15 de noviembre de 2009

Delete templum...

Hará como un año que terminé de escribir un poema largo llamado "El sol". En el recital Himnos Sacros y Canciones Paganas aparecieron varios fragmentos de la obra. Hoy, transcribo una sección breve. Es la escena en que el disco desviado por Céfiro o Eolo golpea la sien del muchacho. Apolo llora sobre el cuerpo, mezclando lágrimas con la sangre de su amado, para crear una flor que lo recuerde.
(El lamento de Apolo)
“Llevad de aquí, oh Furias, tu apestado aliento,
oh Mares, arrojad, luego, aquí, a mi corazón, tu acérrimo soplo;
clamad, vos, conmigo, viento gimiente, mi demente espanto,
cual si plegásemos al mismo Ida.

¡Ved, oh Hespérides silenciosas, a Jacinto yaciente!
¿Nadie socorrerá a un dios, oh rigor?

He aquí que mi verso, fatigado y yermo,
no te libró de tan horrible rapto, y no crecerás ya,
igual que un robusto tronco, sus ramas a los dioses…
sino yacerás, simiente de abrojos y líquenes grises.

Para ti, bárbaro brutal, tengo tu hora y habré de reír
mirando tu calavera calcinada por mi rayo vengativo.

Mas, poco importan las mortales cenizas si las divinas
de mi corazón van por el ancho mundo esparcidas
y ya nada de ellas queda.”

Oportuno poema, en tiempos y países donde aún marchan las hordas juedocristianas agitando sus antorchas encendidas y su cilicio de culpa por las calles del verano. ¡Ja! ¡Mal rayo los parta! ;)

3 comentarios:

juan carlos olivas dijo...

Que mal rayo los parta a todos! amén.

Saludos Luis,
te invito a visitar mi blog y veas cosillas mias.

JCO

Luis Antonio Bedoya dijo...

Bien dicho, amigo! Pues no sabía que tenías blog... Que bien! Claro que estaré por allí. Un abrazo fraterno, amigo y te espero pronto en mi casa de madera y piedra... jeje!

arrabalpoético dijo...

Un mal rayo definitivo... muy definitivo, gracias por tu talento.