miércoles, 8 de julio de 2009

"Blanco" continúa

Ocho poemas eróticos y tres canciones bucólicas, para cerar con un treno llamado "Monstruo". O por lo menos, ese es el plan. Les adelanto, una de esas canciones bucólicas que uno escribe cuando empieza a preocuparse por no haber escrito nada en meses. Con grandes expectativas... (La pintura me recuerda el lugar que me dio material para este poema, es de Sanislaw Malovsky.)


Rosas

¡Qué gran devastación, Silvia!

¡Y los leños esparcidos

y nuestras ánforas rotas

y el mundo hecho pedazos!

Sobre la fría colina,

en la sombra de los lobos

-de las llamas de peregrinos

hijas insomnes en duelo-

esa música descansa,

ese coro desgreñado

cuya música es febril…

la música de mi casa.

¿No se levanta mi casa

acaso en ese paraje?

¿No son sus columnas blancas

esas piras mutiladas?

¡Qué gran devastación, Silvia!

¡Silvia, de manos pequeñas,

donde el amor es condena

y confesión a un tiempo.

Todo está arruinado, roto

y las mujeres van llorando

y los niños mendicantes

que nos incordian la vida,

Todo está arruinado, Silvia,

la cara pesa cual lastre,

como una máscara blanca

de sonrisa escalofriante.

Ya no recojas los vidrios…

basta… basta… calla y siéntate.

Tus dedos tímidos sangran

por la espina de las rosas.

2 comentarios:

Jorge O. AC dijo...

Ojala en este país hubiera más gente como ustedes, gracias por su trabajo es un orgullo saber que hay mentes marcando la diferencia en medio del caos intelectual y la confusión de la moral. Platicar contigo y con Pablo fue una gran experiencia!. Voy a leer tu trabajo detenidamente para poder darte mi impresión como lo hice con el de Pablo que me encanto. Adelante, me avisas cuando salga tu libro! Jorge O. AC
alitamir@hotmail.com

Luis Antonio Bedoya dijo...

Gracias, Jorge! Pero debo adueñarme de esas mismas palabras para celebrar el milagroso suceso de haber encontrado a un tipo tan inteligente y culto como vos en este mundo de duelo y aflicción! Gracias, nuevamente por tu apoyo y te digo que desde ya tienes las puertas abiertas de mi casa y mi biblioteca. Un abrazo!